miércoles, abril 09, 2008

Una vez leí por ahí que sólo los tontos se aburren; hay tantas cosas por aprender y descubrir, tantas cosas por conocer y vivir que aburrirse resulta absurdo. Quizá la rutina te moleste, pero ese ya no es mi problema, además, dada mi precaria situación económica, la gama de actividades conyugales se reduce a lo gratuito y generalmente fome, pues una señorita con una visión de la vida como la tuya (El diamante: el mejor amigo de la mujer) necesita mucho más que un simple músico camerista que se alimenta del arte y del saber, y no de la moda o las leyes: sólo de la espontaneidad y del amor de su vida.

¿Sandeces?

Tú eres el amor de mi vida.